LA FAMILIA CAMBIA
Permanentemente todos los integrantes de la familia vamos cambiando. Cambiamos de aspecto, cambiamos de conocimientos, modificamos conductas (para bien o para mal), cambiamos horarios, cambiamos costumbres. Dicen que cada 7 años cambiamos todo nuestro cuerpo... entonces sí que vamos cambiando.
El bebé se convirtió en niño, el niño en púber, este en adolescente y el adolescente en joven... para luego entrar en una etapa de madurez.
Generalmente los hogares anidan personajes dignos de estudio. Hay una etapa en que una parte de los hijos está entre la pubertad y la adelescencia, la madre está entrando o ya entró en la menopausia y el padre, lo acepte o no, está entrando o ya entró en la andropausia o climaterio... y este círculo se transforma en un "círculo de locos" o una casa de locos. Nadie entiende a nadie, todos están alterados por las hormonas que aparecen en un caso y están en extinción por el otro.
Todos los hogares han pasado por estas etapas y es necesario que estemos alertas y precavidos para cuando suceda.
Felizmente hoy, la medicina aporta invalorables tratamientos para los casos hormonales de los que ya pasamos la base 5.
Informarnos y aceptar con hidalguía las etapas que nos toca vivir es algo sensato. Aceptar es adecuarse a los cambios y responder de manera acorde a las nuevas necesidades y retos que se nos presentan.
Si no podemos afrontar estos cambios solos, debemos buscar ayuda adecuada para regular las energías tan cambiantes en estas etapas y seguir llevando el hogar con armonía y sin perder el Norte que nos trazamos en equipo.
Actuar en equipo es básico, sobre todo en estos tiempos. Nunca debemos olvidar que somos eso: UN EQUIPO, y como tal las decisiones que tomemos deben apuntar al equipo, a su salud, su bienestar, su armonía y su paz.
No podemos evitar los cambios, estos se van a dar los esperemos, los queramos o no. Sí podemos evitar sus consecuencias nefastas al no estar preparados o al negarlos o no querer aceptarlos.
" Si sabemos que va a llover, mejor no salgamos... y si tenemos que salir, llevemos un paraguas o un impermeable"
SOLRAC
Permanentemente todos los integrantes de la familia vamos cambiando. Cambiamos de aspecto, cambiamos de conocimientos, modificamos conductas (para bien o para mal), cambiamos horarios, cambiamos costumbres. Dicen que cada 7 años cambiamos todo nuestro cuerpo... entonces sí que vamos cambiando.
El bebé se convirtió en niño, el niño en púber, este en adolescente y el adolescente en joven... para luego entrar en una etapa de madurez.
Generalmente los hogares anidan personajes dignos de estudio. Hay una etapa en que una parte de los hijos está entre la pubertad y la adelescencia, la madre está entrando o ya entró en la menopausia y el padre, lo acepte o no, está entrando o ya entró en la andropausia o climaterio... y este círculo se transforma en un "círculo de locos" o una casa de locos. Nadie entiende a nadie, todos están alterados por las hormonas que aparecen en un caso y están en extinción por el otro.
Todos los hogares han pasado por estas etapas y es necesario que estemos alertas y precavidos para cuando suceda.
Felizmente hoy, la medicina aporta invalorables tratamientos para los casos hormonales de los que ya pasamos la base 5.
Informarnos y aceptar con hidalguía las etapas que nos toca vivir es algo sensato. Aceptar es adecuarse a los cambios y responder de manera acorde a las nuevas necesidades y retos que se nos presentan.
Si no podemos afrontar estos cambios solos, debemos buscar ayuda adecuada para regular las energías tan cambiantes en estas etapas y seguir llevando el hogar con armonía y sin perder el Norte que nos trazamos en equipo.
Actuar en equipo es básico, sobre todo en estos tiempos. Nunca debemos olvidar que somos eso: UN EQUIPO, y como tal las decisiones que tomemos deben apuntar al equipo, a su salud, su bienestar, su armonía y su paz.
No podemos evitar los cambios, estos se van a dar los esperemos, los queramos o no. Sí podemos evitar sus consecuencias nefastas al no estar preparados o al negarlos o no querer aceptarlos.
" Si sabemos que va a llover, mejor no salgamos... y si tenemos que salir, llevemos un paraguas o un impermeable"
SOLRAC
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