BEBER DE LA FUENTE
BEBER DE LA FUENTE En una charla que asistí hace ya algunos años, escuché al ponente decir lo siguiente acerca de las fuentes: "Es importante que una persona conozca el lugar dónde nacieron sus padres, que recorran los caminos que recorrieron, que vean el cielo que los cobijó... que toquen cada piedra que los vio crecer". Y efectivamente, cuánta verdad en esta afirmación, cuánta sabiduría. Qué importante para uno conocer esas "benditas fuentes" donde beber las aguas clarificadoras y enriquecedoras para el alma. Estos días de Semana Santa viajé con mi familia, a beber de esas fuentes maravillosas de la tierra que me vio crecer, y experimenté con mis hijos, que aun no conocían, lo que escuché en esa charla. Vi claramente cómo extraían el néctar dulce y maravilloso de esas tierras, de esos cerros y esos cielos, del sol radiante y calcinante donde quedaron grabados y perennes los recuerdos de mi niñez y juventud. Me volví niño nuevamente bajo el tibio regazo del terru