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Mostrando las entradas de junio, 2008

palabras vacías

VERGÜENZA El significado de esta palabra, al igual que el de muchas, ha quedado en el olvido. El diccionario de la Real Academia nos ilumina: 1. f Turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena. 2. f. Pundonor, estimación de la propia honra. Hombre de vergüenza. 3. f. Encogimiento o cortedad para ejecutar algo. 4. f. Deshonra, deshonor. 5. f. Pena o castigo que consistía en exponer al reo a la afrenta y confusión públicas con alguna señal que denotaba su delito. Sacar a la vergüenza. Que poco se ve de esto en nuestra sociedad. Desde los círculos gubernamentales más altos, hasta la más humilde vecindad. La primera acepción de esta palabra hace mención a asumir una responsabilidad, pero eso no se usa, lo primero que hacemos es echar culpas, como lo hizo “Chemo” en la conferencia de prensa, como lo hace el Ministro del Interior, como lo hace

parejas hoy

RELACIONES DE PAREJA ACTUALES "La calidad de la relación se mide a través del resultado de cómo se han manifestado las conductas de respeto a través de los años de convivencia, siendo el respeto la raíz y el cimiento que sostiene la relación matrimonial. Cuando se va perdiendo el respeto, también se va perdiendo el amor, las relaciones conyugales y familiares. Si hay alguna esperanza de solución en el conflicto, va a depender mucho de que el respeto mutuo se vaya restaurando y jamás caer en la vergüenza de la infidelidad, que es la actitud más degradante por la que una persona puede atravesar. Si este caso se diera, el cónyuge afectado debe abrir la puerta para que el otro salga y no retenerlo porque la persona no se puede hipotecar a su pareja (muchos creen que retenerlo es lo más adecuado). La actitud de retener es dañina, ya que, el que se queda, se queda por culpa, ruegos, suplicas, etc. El cónyuge que soporta estas actitudes se enferma y en conclusión la parte emocional
LA FAMILIA CAMBIA Permanentemente todos los integrantes de la familia vamos cambiando. Cambiamos de aspecto, cambiamos de conocimientos, modificamos conductas (para bien o para mal), cambiamos horarios, cambiamos costumbres. Dicen que cada 7 años cambiamos todo nuestro cuerpo... entonces sí que vamos cambiando. El bebé se convirtió en niño, el niño en púber, este en adolescente y el adolescente en joven... para luego entrar en una etapa de madurez. Generalmente los hogares anidan personajes dignos de estudio. Hay una etapa en que una parte de los hijos está entre la pubertad y la adelescencia, la madre está entrando o ya entró en la menopausia y el padre, lo acepte o no, está entrando o ya entró en la andropausia o climaterio... y este círculo se transforma en un "círculo de locos" o una casa de locos. Nadie entiende a nadie, todos están alterados por las hormonas que aparecen en un caso y están en extinción por el otro. Todos los hogares han pasado por estas etapas y es nece