2,011
HIPOCRESIA
“El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a otros.”
Jaime Luciano Balmes (1810-1848) Filósofo y sacerdote español.
Este año que ha terminado me ha mostrado la cara cruda de la hipocresía, la mentira, la apariencia y falsedad de gente que vive regocijándose y alardeando de estas “cualidades”, sin darse cuenta que a quien engañan es a ellos mismos.
Creía conocer algunas máscaras sicológicas que describe esta ciencia, pero la realidad ha superado cualquier clasificación. El ingenio y creatividad de estas personas no tienen límites y pueden utilizar hasta la fe, la religión y Dios, para ocultar sus verdaderos rostros y sus verdaderas conciencias, que por cierto deben estar tan negras como sus vidas.
Todo vale, todo se supera, todo se perdona si por medio está un poco de “seguridad”, basada en el dinero, no importa de dónde venga ni cómo venga, lo importante es que esté.
Pueden convivir con miserias humanas inimaginables mientras todo aparente estar bien y que no pasa nada. Pueden destruir sus vidas y de las personas que aparentemente más aman por lograr sus oscuros objetivos. No escuchan, no entienden, sólo ven a través del sucio cristal de su enano egoísmo y parecieran estar poseídas por entidades que tienen el control absoluto de sus vidas.
Uno puede verlos en los templos, golpeándose el pecho y “comiendo el cuerpo de Cristo”, pero no podemos ver qué sucede en la intimidad de sus vidas ni en la realidad de sus cotidianos amaneceres… sólo de cuando en cuando asoma algún monstruo de 10 cabezas derramando sangre desde sus fauces hambrientas por alguna víctima que cobró y es cuando los gritos desgarradores de auxilio son lanzados a los 4 vientos para que alguien compasivo mitigue su dolor… y luego,… todo vuelve a ser el mismo teatro de siempre.
Qué poca conciencia de enfermedad emocional hay en nuestros congéneres y qué poca responsabilidad para con sus propias vidas, las que van a construir o destruir otras vidas, la de nuestros hijos, que no nos pertenecen y que han sido encargadas, sólo prestadas, por un corto tiempo (20 o 25 años) en los cuales escribimos en ese lienzo blanco que recibimos, nuestras propias miserias y vacíos que no hemos sido capaces ni tan sólo de mirarlos, y mucho menos de superarlos y sanarlos.
Tristeza, dolor e impotencia son sentimientos de estos primeros días del 2011.
"Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo estando tú y él solos; si te oye, has ganado a tu hermano. Pero si no te oye, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oye a ellos, dilo a la iglesia; y si no oye a la iglesia, tenlo por gentil y publicano".
“Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis. Y al entrar en la casa, saludadla. Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros. Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.”
Mateo 10:11-14
SOLRAC
“El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a otros.”
Jaime Luciano Balmes (1810-1848) Filósofo y sacerdote español.
Este año que ha terminado me ha mostrado la cara cruda de la hipocresía, la mentira, la apariencia y falsedad de gente que vive regocijándose y alardeando de estas “cualidades”, sin darse cuenta que a quien engañan es a ellos mismos.
Creía conocer algunas máscaras sicológicas que describe esta ciencia, pero la realidad ha superado cualquier clasificación. El ingenio y creatividad de estas personas no tienen límites y pueden utilizar hasta la fe, la religión y Dios, para ocultar sus verdaderos rostros y sus verdaderas conciencias, que por cierto deben estar tan negras como sus vidas.
Todo vale, todo se supera, todo se perdona si por medio está un poco de “seguridad”, basada en el dinero, no importa de dónde venga ni cómo venga, lo importante es que esté.
Pueden convivir con miserias humanas inimaginables mientras todo aparente estar bien y que no pasa nada. Pueden destruir sus vidas y de las personas que aparentemente más aman por lograr sus oscuros objetivos. No escuchan, no entienden, sólo ven a través del sucio cristal de su enano egoísmo y parecieran estar poseídas por entidades que tienen el control absoluto de sus vidas.
Uno puede verlos en los templos, golpeándose el pecho y “comiendo el cuerpo de Cristo”, pero no podemos ver qué sucede en la intimidad de sus vidas ni en la realidad de sus cotidianos amaneceres… sólo de cuando en cuando asoma algún monstruo de 10 cabezas derramando sangre desde sus fauces hambrientas por alguna víctima que cobró y es cuando los gritos desgarradores de auxilio son lanzados a los 4 vientos para que alguien compasivo mitigue su dolor… y luego,… todo vuelve a ser el mismo teatro de siempre.
Qué poca conciencia de enfermedad emocional hay en nuestros congéneres y qué poca responsabilidad para con sus propias vidas, las que van a construir o destruir otras vidas, la de nuestros hijos, que no nos pertenecen y que han sido encargadas, sólo prestadas, por un corto tiempo (20 o 25 años) en los cuales escribimos en ese lienzo blanco que recibimos, nuestras propias miserias y vacíos que no hemos sido capaces ni tan sólo de mirarlos, y mucho menos de superarlos y sanarlos.
Tristeza, dolor e impotencia son sentimientos de estos primeros días del 2011.
"Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo estando tú y él solos; si te oye, has ganado a tu hermano. Pero si no te oye, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oye a ellos, dilo a la iglesia; y si no oye a la iglesia, tenlo por gentil y publicano".
“Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis. Y al entrar en la casa, saludadla. Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros. Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.”
Mateo 10:11-14
SOLRAC
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