noticas que asustan

EXTREMOS

El escenario actual de nuestra sociedad nos está mostrando extremos que son titulares de los medios diariamente.

La neumonía, extremo al que llega la gripe mal curada o no curada y que mortalmente cobra sus víctimas desde las ciudades capitales hasta las cumbres olvidadas de nuestro amplio territorio.

Los asesinatos de la comunidad gay, (seres humanos como todos, con virtudes y defectos), rodeados de crueldad, ensañamiento y violencia, extremo de una enfermedad mal curada o no curada, cuyos síntomas con seguridad se manifestaron tempranamente y que como muchos casos, no se le dio la importancia y atención necesarias en su momento.

Los extremos en estos casos nos alarman y llaman nuestra atención, porque no son cotidianos, han llegado hasta ese lugar luego de un proceso que tomó su tiempo y maduró al amparo de la ceguera y descuido de sus víctimas y parentela que la acompañó. No aparecieron repentinamente, estuvieron allí durante poco o mucho tiempo, empezaron pequeños y fueron creciendo y haciéndose fuertes alimentados por nuestros descuidos y el silencio, el miedo al que dirán y la pose artificial y estudiada con que sonreímos ante nuestras enfermedades pensando que se van a curar solas o que el tiempo será el enfermero ideal para desaparecer aquello que requiere atención, tiempo, esfuerzo y constancia.

La madurez mental con que afrontamos algunos problemas, deja mucho que decir cuando la inmadurez emocional deja de lado y olvida la importancia que tienen otros problemas que tal vez nos llevan hasta la muerte.

Si pues, madurez mental no es lo mismo que madurez emocional. Puede una persona ser madura mentalmente y tener muchos logros y éxitos en este campo, ser reconocido como tal y hasta ejemplo de juventudes. Esto no quiere decir que también lo sea emocionalmente. A lo mejor aquí se quedó en la adolescencia emocional y es un muchachito inmaduro y balbuceante ante situaciones que van a requerir una respuesta emocional fuerte, decidida y correcta como en el terreno mental.

Este ejemplo se ve frecuentemente en las relaciones de pareja. Dos personas brillantes intelectualmente, fracasan como niños de pecho ante situaciones emocionales que no manejan y que se les escapa de control y desesperan al extremo de tomar decisiones totalmente equivocadas, consecuencia de su inmadurez emocional.

Actualmente hay instituciones, escuelas y muchos mas medios que antes para el desarrollo integral de la persona. No enfoquemos equivocadamente el desarrollo sólo mental de nuestros hijos y de nosotros, demos su lugar a las emociones y al espíritu, elementos descuidados por muchas mentes brillantes, sin considerar la importancia que tienen en nuestras vidas y en las relaciones humanas que tenemos que afrontar diariamente, desde el hogar hasta la oficina.

No esperemos llegar a los extremos mencionados, atendamos a tiempo las señales que se están dando en nosotros y en nuestras familias y llevemos una vida armoniosa y sana en todos los niveles donde el ser humano se manifiesta.

Con afecto.

SOLRAC

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