"COMBINAO"
“COMBINAO”
Entre más conozco a los hombres, quiero más a mi perro, dijo alguien desilusionado de la especie humana.
Y no es para menos. No sé si reír o llorar, si ponerme triste o renegar con cada noticia que escucho, con cada caso que me cuentan.
Desde los personajes que dirigen nuestro país, que son los más pintorescos, hasta el hijo de vecino que tiene cada historia que hace que la piel se me ponga crispada.
La farándula ocupa un lugar especial y el famoso “combinao” callejero que mezcla ceviche con tallarines y arroz con pollo en un solo plato, se queda corto con los “combinaos” sociales, familiares, vecinales que vemos todos los días por donde vamos.
Hasta en el tema de religión o política se usa el “combinao”.
Soy evangélico porque allí me “atienden” mejor, pero tengo a mis hijos en colegios católicos porque eso me da “nivel”.
Soy aprista ( que ahora es de derecha), porque me conviene, pero mis convicciones reales se acomodan al mejor postor.
Soy de l a”U” cuando gana, mas soy de la selección cuando le va mal.
Sonrío y soy zalamero, y hasta comedido con quienes mas tarde puedo “sacarles” algo, aunque luego diga que me caen muy mal.
No me importa agachar la cabeza si por ello me va caer “alguito”
Mi moral se acomoda de acuerdo a las circunstancias, sobre todo si está el dinero de por medio. Puedo ser servil y arrastrado por el mismo motivo y mejor si le agrego poder.
Visito por interés, sonrío por interés, sirvo por interés, ayudo por interés... soy el mejor sastre de la historia: “No doy puntada sin hilo”
“Me enteré por los diarios que mi aún marido va a ser padre de una niña”
“Nos cuidamos en nuestras relaciones... pero les anuncio que voy a ser mamá...”
“Mi marido no es mi marido y mi mujer no es mi mujer, pero vivimos juntos. Es que somos modernos y de mente amplia. Allá los antiguos y retrógradas que no entienden estas cosas”
¡Por favor! Si no se trata de modernidades ni de mentes amplias. Se trata de ubicarse y poner un poco de orden en nuestras vidas y nuestras conciencias (si es que aún existen).
Luego nos quejamos de la juventud, de los pandilleros, de los hijos, de la mala suerte. Y estamos buscando culpables para ponerles el dedo encima y señalarlos... para sentirnos mejor que antes.
Dejemos el “combinao” para la carretilla y hagamos de nuestras vidas unas ubicadas y tal vez no muy modernas pero más sanas. Ya basta de tanta enfermedad que pasamos por agua tibia; ya basta de tanta mentira y falsedad; ya basta de conveniencias e hipocresías, pongámosle el nombre que le pongamos, siguen siendo eso: FALSEDAD E HIPOCRESÍA.
En nombre de nuestros hijos que decimos amar tanto, ya que hasta Dios entra en nuestra conveniencia, pongamos un poco de orden en nuestras vidas y dejemos de mentirnos a nosotros mismos para poner las cosas en su lugar, tomar decisiones que tardan lustros, llamar las cosas por su nombre, dejar de ver la paja en el ojo ajeno y hacer realmente algo por nuestra familia, aparte del dinero que sirve de excusa para todo.
¡YA BASTA DE “COMBINAO”! (Con las disculpas a la carretilla)
SOLRAC
Entre más conozco a los hombres, quiero más a mi perro, dijo alguien desilusionado de la especie humana.
Y no es para menos. No sé si reír o llorar, si ponerme triste o renegar con cada noticia que escucho, con cada caso que me cuentan.
Desde los personajes que dirigen nuestro país, que son los más pintorescos, hasta el hijo de vecino que tiene cada historia que hace que la piel se me ponga crispada.
La farándula ocupa un lugar especial y el famoso “combinao” callejero que mezcla ceviche con tallarines y arroz con pollo en un solo plato, se queda corto con los “combinaos” sociales, familiares, vecinales que vemos todos los días por donde vamos.
Hasta en el tema de religión o política se usa el “combinao”.
Soy evangélico porque allí me “atienden” mejor, pero tengo a mis hijos en colegios católicos porque eso me da “nivel”.
Soy aprista ( que ahora es de derecha), porque me conviene, pero mis convicciones reales se acomodan al mejor postor.
Soy de l a”U” cuando gana, mas soy de la selección cuando le va mal.
Sonrío y soy zalamero, y hasta comedido con quienes mas tarde puedo “sacarles” algo, aunque luego diga que me caen muy mal.
No me importa agachar la cabeza si por ello me va caer “alguito”
Mi moral se acomoda de acuerdo a las circunstancias, sobre todo si está el dinero de por medio. Puedo ser servil y arrastrado por el mismo motivo y mejor si le agrego poder.
Visito por interés, sonrío por interés, sirvo por interés, ayudo por interés... soy el mejor sastre de la historia: “No doy puntada sin hilo”
“Me enteré por los diarios que mi aún marido va a ser padre de una niña”
“Nos cuidamos en nuestras relaciones... pero les anuncio que voy a ser mamá...”
“Mi marido no es mi marido y mi mujer no es mi mujer, pero vivimos juntos. Es que somos modernos y de mente amplia. Allá los antiguos y retrógradas que no entienden estas cosas”
¡Por favor! Si no se trata de modernidades ni de mentes amplias. Se trata de ubicarse y poner un poco de orden en nuestras vidas y nuestras conciencias (si es que aún existen).
Luego nos quejamos de la juventud, de los pandilleros, de los hijos, de la mala suerte. Y estamos buscando culpables para ponerles el dedo encima y señalarlos... para sentirnos mejor que antes.
Dejemos el “combinao” para la carretilla y hagamos de nuestras vidas unas ubicadas y tal vez no muy modernas pero más sanas. Ya basta de tanta enfermedad que pasamos por agua tibia; ya basta de tanta mentira y falsedad; ya basta de conveniencias e hipocresías, pongámosle el nombre que le pongamos, siguen siendo eso: FALSEDAD E HIPOCRESÍA.
En nombre de nuestros hijos que decimos amar tanto, ya que hasta Dios entra en nuestra conveniencia, pongamos un poco de orden en nuestras vidas y dejemos de mentirnos a nosotros mismos para poner las cosas en su lugar, tomar decisiones que tardan lustros, llamar las cosas por su nombre, dejar de ver la paja en el ojo ajeno y hacer realmente algo por nuestra familia, aparte del dinero que sirve de excusa para todo.
¡YA BASTA DE “COMBINAO”! (Con las disculpas a la carretilla)
SOLRAC
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